viernes, 28 de octubre de 2016

UN DESVÁN LLENO DE HISTORIAS

No sabía cómo había acabado allí. Lo cierto es que simplemente estaba curioseando las habitaciones de la antigua biblioteca, y sin darme cuenta había acabado en ese polvoriento desván. La biblioteca en la que me hallaba era una antigua casona que aún conservaba los muebles de madera. Cuando vi que había llegado a aquella parte de la biblioteca, lo primero que paso por mi mente fue marcharme antes de que me pillaran en un lugar en el que no debía estar, ya que en la puerta había un cartel de prohibido. Por alguna razón no hice caso a mi primer pensamiento y me quedé. Las telas de araña cubrían casi la mayoría de los estantes; en ellos había infinidad de libros. La mayoría tenían las tapas desgastadas. Me acerqué a uno de los estantes y pasé el dedo por el borde de los libros. La encuadernación de algunos de ellos era muy frágil.
Paseé los ojos por las tapas y agarré uno, y comencé a hojearlo. Unos pasos me sacaron de mis pensamientos. Tras la puerta, sonaban unas pisadas, que debían ser las de la bibliotecaria. Subía las escaleras hasta el desván. Me sobresalté dejando caer el libro, el cual, se abrió por la mitad. Algo extraño comenzó a pasar a mí alrededor. Parecía que el libro estaba tragándome. Vi como alguien empujaba la puerta del desván, pero no llegue a ver nada más, ya que me había perdido entre las páginas de aquel libro.  Caí de la nada sobre arena de playa. ¿Dónde estaba?

Comencé a ver como a mí alrededor circulaban personas, personas que se parecían mucho a las dibujadas en el libro que acababa de ver. Curioseé por allí durante un par de horas, y vi cómo se iba desarrollando la historia. Me di cuenta definitivamente que había caído dentro de aquel libro. Llegué a  intercambiar palabras con algunos de esos personajes, que me contaron que cuando el libro llegaba a su fin, la historia se volvía a reanudar. Se trataba, por decirlo de alguna manera, de un bucle en el que la historia nunca acababa realmente.
Cuando pensé que estaba cansada de aquel lugar, y que deseaba salir de allí, las cosas a mi alrededor comenzaron a moverse, hasta que por fin aparecí nuevamente en el desván.


Con el tiempo descubrí que todos los libros de aquel viejo desván eran iguales. Todos te absorbían llevándote hasta maravillosas historias. Desde aquel día, todas las tardes me marchaba en secreto a la biblioteca, y me colaba en el desván para sumergirme en un millón de nuevas aventuras, pues aquel desván, estaba lleno de historias.