sábado, 21 de enero de 2017

EL PUEBLO ABANDONADO


Era una mañana en la que la niebla cubría gran parte del monte, pero aun así, Diego decidió salir a hacer la excursión que tenía planeada junto con su familia. Caminó durante horas cargado con su mochila, pero hubo un momento que se desvió de su familia. Mientras los demás almorzaban sentados sobre unas rocas, Diego quiso dar un pequeño paseo para ver donde se encontraban. Se metió entre los árboles y comenzó a descender para ver si alcanzaba algo de visibilidad. Sin querer se topó con lo que debió de ser un pueblo hace mucho tiempo. Apenas se sostenían algunas paredes, y la iglesia estaba cubierta por grandes árboles que habían crecido en su interior. Anduvo entre las derruidas casas, y las observó con gran curiosidad. Pasó a una de ellas, que se conservaba mejor que las demás, pues esta tenía las cuatro paredes en pie y el tejado. Echo un vistazo rápido en su interior. Cuando se dispuso a salir, vio que una anciana, que parecía ciega, estaba en la puerta. Diego se sobresaltó y dio un paso hacia atrás. De repente los blancos ojos de la mujer se volvieron totalmente negros. Está le sonrió, dejando al descubierto sus ennegrecidos y partidos dientes.
- ¿Nunca te han dicho que no se entra en casas ajenas?-, dijo la mujer con una voz fría. Diego la apartó de un empujón y salió corriendo por la puerta. Recorrió el camino por el que había llegado hasta ese pueblo, o eso pensó él. La niebla había cubierto más que antes aquel lugar. De repente, entre los árboles, vio como la mujer le observaba. Quieta, como si hubiera estado allí durante horas. Para no cruzarse con ella, y sumido en sus pensamientos, preguntándose cómo había podido aquella mujer llegar hasta allí tan rápido, Diego se desvió del camino.

Se abrió paso entre la espesa niebla, y cuando levantó la mirada, frente a él, a escasos centímetros, estaba aquella anciana. Seria, observándole en silencio. La mujer extendió el brazo hacia el pecho de Diego,  y le empujo, haciéndole caer al vacío por el enorme precipicio hasta el que habían llegado.